Mi esposa y yo tomamos un curso psicoprofiláctico hace tiempo. En una sesión, frente a nosotros se sentó una pareja un tanto tímida pero al mismo tiempo se veía que se divertían entre ellos. Al igual que la mayoría de las parejas ahí presentes intentaban seguir las indicaciones de la instructora y también parecían recibir los datos, actividades y ejemplos con la emoción característica de quienes pronto nos convertiríamos en papá y mamá primerizos.
Llegado el descanso, mientras comíamos unas galletas que a las 12:00 de la tarde nos sabían a gloria, mi esposa me comentó en voz baja “esa pareja se me hace conocida, sobre todo ella”. Por supuesto, ya sin que el hambre fuera un fuerte distractor, nos acercamos a saludarlos: ella era hija del dramaturgo mexicano Alejandro Aura, cuyos diálogos me arrancaba desde pequeño sonrisas en su programa de Imevisión (después TV Azteca), y de Carmen Boullosa, también destacadísima escritora. Y él, un rostro familiar con el que nos cruzaríamos en las ocasiones que acudíamos a la cafetería de uno de los centros culturales más conocidos de Querétaro.
Ese mismo día nos invitaron a una obra de teatro que coincidentemente ya teníamos en el radar para asistir: “Pongámosle Joaquín al niño”, una comedia musical independiente basada en las canciones de Joaquín Sabina.
Aproximadamente 3 años pasaron para que los volviéramos a ver juntos. La ocasión fue el estreno de la obra teatral que ella, María, escribió y protagonizó, mientras que él, Alonso, dirigió nuevamente en el foro de La Fábrica (de hecho, él es el fundador del foro y compañía teatral del mismo nombre).
#MujeresconAura es una comedia ligera que gira alrededor de las experiencias que han vivido un grupo de amigas en relación al amor de pareja previo a que una de ellas contraiga matrimonio. Los personajes retratan algunos de los perfiles comunes que tienen las mujeres en la actualidad sobre todo en una sociedad conservadora como la de la región Bajío del país: la divorciada con hijos, la ingenua, la recatada niña bien y la romántica pura. Eso sí, todas quieren creer en el amor encima de cualquier dificultad. En mi perspectiva de mercadólogo, debo decir que la obra, como producto, da en el clavo al atender a un mercado muy relevante: las mujeres solteras.
El matrimonio en los tiempos modernos. Más allá del tratamiento lúdico del matrimonio que da la obra, el tema debe dimensionarse desde lo que representa esta institución para la sociedad. De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística, Geografía e Informática (INEGI), en México durante 2011 por cada 100 matrimonios hubo 16 divorcios; en 2015 ya se registraban 20 divorcios por cada 100 matrimonios; para 2021 la cifra se incrementó a 33 divorcios por cada 100 matrimonios… Esta recomposición de las sociedades conyugales trae consigo un reajuste en las condiciones económicas de las sociedades. Betsey Stevenson, economista de la Universidad de Michigan, ha explorado en sus investigaciones académicas las políticas económicas que afectan a las familias y, en especial, a las mujeres. Los matrimonios se han considerado como un fenómeno económico desde hace siglos. Títulos sociales, grupos empresariales y hasta países se han formado a partir de matrimonios, uniendo fortunas (y también deudas)… Stevenson asegura que incluso en la sociedad occidental moderna, como la nuestra, el matrimonio ha evolucionado. En la generación de nuestros abuelos el hombre y la mujer tenían diferentes roles: ella como apoyo en el hogar, él como proveedor (sí, tal como lo recita el cura de la boda a la que fuiste).
En la generación de nuestros padres, ya era norma la pareja con doble ingreso (eso sí, con marcada diferencia entre el hombre y la mujer). También, ya se dedicaba menos tiempo a las labores domésticas, al fin y al cabo, para eso existen el microondas, la comida congelada, la lavadora-secadora, etc.
Actualmente, el matrimonio es más bien una sociedad de consumo: las parejas se auto-perciben más como compañeros de experiencias e intereses, por lo tanto, es cada vez menos creíble la frase “la atracción de los opuestos”, pues aquellos que comparten más valores e intereses son quienes pueden generar más beneficios. Sí, así como una fusión empresarial, pero con la diferencia de que en este caso solo se comparte cierta parte de los recursos financieros.
El dinero es uno de los motivos principales de las separaciones: tan solo en Estados Unidos es causa del 27% de los rompimientos de parejas. Pero ahora, con el modelo cada vez más frecuente de sociedad de consumo, las parejas solo aportan cierta cantidad de dinero a los gastos en común: renta, servicios, comida, etc. El resto se gasta o invierte de manera individual: cada quien compra una casa, su auto, su computadora... Por ello, es importante que las parejas compartan intereses: permite tener un compañero de experiencias más que un proveedor o dependiente económico.
La formación de un patrimonio la entenderemos como la posesión y acumulación de recursos materiales, recursos financieros o, incluso, una empresa que posteriormente pudiera trasladarse a los descendientes directos. En las generaciones nacidas después de 1980 es cada vez más popular el distanciamiento a la idea de formación de patrimonio, se prefiere, por ejemplo, dedicar dinero para un viaje a Europa en lugar de comprar un auto nuevo o un departamento.
El matrimonio ¿es para todos?
Es bien conocido el famoso “bono demográfico” de nuestro país, gracias al cual buena parte de los mexicanos tiene menos de 30 años. Estimaciones de especialistas financieros afirman que esto le da ventaja a México en términos de productividad y crecimiento económico: tasas de 2.9% y 3% de crecimiento en el PIB entre 2014 a 2025. Pero la cifras adquieren otra perspectiva cuando se confrontan con la realidad de la concentración excesiva de riqueza (64% de la riqueza nacional se concentra en el 10% de la población) lo cual nos indica que los integrantes de este bono demográfico tendrán en el futuro menos ingresos que los que tuvieron generaciones anteriores.
La idea característica de las generaciones anteriores de trabajar para formar un patrimonio es abandonada en las generaciones actúales, ahora se prefiere trabajar para tener los medios suficientes que permitan disfrutar la vida y ser feliz.
En la actualidad, en general, las parejas ya no consideran al matrimonio como una condición inherente para tener hijos, además de que el número de hijos promedio ha disminuido drásticamente comparado con generaciones pasadas: 2 nacimientos por mujer en 2020 cuando eran 7 por mujer en la década de los 1960’s.
En estas sociedades de consumo no solo entran las parejas heterosexuales, definitivamente las parejas del mismo sexo comparten dicha dinámica. Sobra decir que en México el matrimonio entre homosexuales, a comparación de los heterosexuales, sí presentará a plazo inmediato cifras positivas de crecimiento debido, por supuesto, a las reformas relativamente recientes que habilitan el término jurídico para dichas uniones. Nuestro país se incorpora así a la tendencia mundial que equilibra los derechos humanos fundamentales.
Paradójicamente, la legalización de los matrimonios entre personas del mismo sexo tiene altas probabilidades de detener también el declive de las tasas de nupcialidad si tomamos como referencia la estadística observada en los países que previamente ya contaban con una legislación equitativa similar.
La mercadotecnia responde. Contrario a una creencia popular, la mercadotecnia no provoca cambios sociales como los arriba expuestos sino que los identifica, interpreta y propone soluciones a la medida. La mercadotecnia observa los drivers (conductores motivacionales) para contraer matrimonio, los datos arrojan que el día de hoy los motivos son muy diferentes a los que hace apenas 20 años orillaban al matrimonio: ya no es necesario casarse para justificar abiertamente las relaciones sexuales ni para tener hijos ni para asegurar una estabilidad económica de las familias. Ahora se trata de compartir una experiencia de vida en base a intereses y valores comunes Los siguientes anuncios ilustran claramente cómo las marcas ya hablan en el mismo contexto de sus consumidores: https://youtu.be/WmEGCN0nNHc
https://www.youtube.com/watch?v=km33aHgEwIk https://youtu.be/UJYYv0A2MxY Pero no debemos perder de vista algo importante. Así como se muestra en #MujeresconAura cualquier matrimonio funcional mantiene una constante a través de los siglos: la condicionante sistemática. Esto significa que para que un matrimonio funcione sus elementos deben interactuar para lograr un objetivo en común. Enlaces relacionados: https://www.gaceta.unam.mx/en-mexico-los-indices-de-divorcio-van-en-aumento/#:~:text=Seg%C3%BAn%20datos%20del%20Instituto%20Nacional,divorcios%20por%20cada%20100%20matrimonios
https://users.nber.org/~jwolfers/papers/MarriageandDivorce(JEP).pdf
http://www.altonivel.com.mx/52265-alma-gemela-la-tendencia-consumista-del-matrimonio-hoy.html
http://chronicle.com/article/Much-Watched-Couple-in/133195
http://www.bloombergview.com/articles/2012-05-14/the-economic-case-for-same-sex-marriage
http://www.forbes.com/sites/lawrencelight/2014/10/16/why-couples-shouldnt-merge-all-their-finances/
http://www.elfinanciero.com.mx/pages/mexico-pais-joven-con-bono-de-crecimiento-a-2025.html
http://www.cnnexpansion.com/mi-dinero/2014/10/16/mexico-entre-los-paises-con-mayor-concentracion-de-riqueza
http://www.cronica.com.mx/notas/2008/372471.html
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